lunes, 3 de noviembre de 2014

A Day Too Soon


Capítulo 1
‘’Primer papel’’


Pedro Alfonso era un joven adulto de veinticinco años, que lo único que quería en esa vida era hacer sus sueños realidad. Se sentía listo para dar aquel gran paso, pero al mismo tiempo se sentía inseguro de sí mismo, si lo lograría o no, esa era la cuestión. Sus padres muy reticentes le habían apoyado en su sueño. Aunque ellos hubieran preferido que se dedicara a estudiar una buena profesión, a pesar de todos prefirieron que su hijo se dedicara a lo que más le gustaba en esa vida.
Actuar, no era tan fácil como muchos lo hacían ver, de hecho era más complicado. No solo había que tener talento, también existía el carisma, la virtud, y todo aquello que completaban a un gran actor o actriz. Pedro no sabía si tenía carisma, o si quiera talento. Y aunque sus amigos más cercanos le habían dicho que sí, que era muy bueno, él no podía confiar solo en las palabras de sus seres queridos y amigos.
—Siento que voy a vomitar…— Dijo Pedro mientras se levantaba de su cama. En esos momentos vivía en una casa pequeña situada en el centro de Buenos Aires, bastante cara y era una completa mierda. Tenía que lidiar con sus ruidosos vecinos que casi toda la noche hacían fiesta y sobre todo los repentinos y continuos cortes de luz. Pero no solo eso, su cacera era tan amargada que cuando tenía ganas le cortaba el agua.
Se rascó la cabeza, revolviendo aún más sus desordenados pelos castaños. Su cara totalmente hecha un asco debido a que recién despertaba. Se levantó de un brinco aun sintiéndose mal, gracias a su nerviosismo. Ese día tenía una audición muy importante, no solo por ser la primera, también porque había elegido el papel de uno de los protagonista.
—Bien Pedro, tu puedes. — Se animó a si mismo. — Eres joven, fuerte, apuesto… — Se alagaba a si mismo mientras se veía al espejo de cuerpo completo que tenía en su cuarto-comedor. — Ahg… A quien engaño, estoy por los cuarenta, no tengo ni músculos y parezco un renacuajo… — Nada parecía animarle, de hecho Pedro tenía el autoestima tan bajo que ni siquiera se molestaba en conseguir novia si quiera, porque creí que ninguna mujer le echaría el ojo.
Se bañó, se vistió y después de tomar un merecido desayuno salió de su casa rumbo al set donde debía presentarse para su audición. Se arrepintió rotundamente de haber desayunado, en esos momentos sentía que las tostadas semi-quemadas estaban por salir de regreso por su boca.
Al llegar al lugar pudo ver que había una no tan larga pero lo suficientemente extensa fila de personas esperando por presentarse, el hombre no podía creer que desde tan temprano ya habría tanta gente. Sacó su ticket con su turno, miró el papel y vio que le tocaba el número  01-D, tenía para rato ese día.
Pasaron alrededor de cuatro horas cuando por fin fue su turno, casi toda la mañana perdida. El malestar aún seguía y sobre todo su ansiedad. Ya para la tarde, no tenía más uñas porque las había mordido todas. Entró al salón donde los directores y la escritora de la novela que pronto serán película se encontraban sentados, junto a una mesa y tomando nota.
—Ejem, acérquese por favor. —Pidió uno de los directores y el acató sin chistar a la potente voz de hombre.
— ¿Nombre, edad? — Preguntó el segundo, a Pedro le tembló un poco la boca y con mucho nerviosismo respondió.
—Pedro Alfonso, veinticinco años. — Y los otros tomaron nota de algo, la escritora se le quedó viendo fijamente, con una mirada penetrante, cosa que puso más nervioso a Pedro.
—Dime Pedro ¿A quién vas a interpretar? — Preguntó el primer director.
—Allan Yuan. — Los tres presentes se le quedaron viendo como si a Pedro le hubiera salido una cabeza extra, este no entendía porque razón, tampoco le importaba mucho, solo quería actuar de una vez.
— ¿Está usted consciente de que es uno de los protagonistas principales? —Preguntó la escritora seriamente a lo que Pedro simplemente torció s u boca en una mueca de ‘’sí, soy consciente de ello’’. — Bueno, está bien, adelante.
—-¿Qué escena actuará? — Y Pedro sonrió con una media sonrisa, con eso comenzó su actuación.

Después de la audición Pedro se encontraba en una plaza sentado sobre una banca y agarrándose de los pelos, estaba cansado y sobre todo aliviado. Había terminado y los directores anotaron su número y su dirección  prometiendo que lo llamarían para la película, la probabilidad de que lo llamaran a él, era de cincuenta en doscientos. Pero aun así mantenía la esperanza.

Llegó a su casa, con comida de rotisería ya que él no sabía cocinar del todo bien. Pendió la tele y solo miró la lluvia. —Oh, que buen programa. — Dijo en forma de sarcasmo. Su cacera le cortó el cable. Había pasado una semana desde la audición y aun no tenía noticias, ya comenzaba a resignarse. Se sentó en la mesa y al toque se escuchó la música de arriba a todo volumen, sus vecinos fiesteros de nuevo comenzaron con su fiesta. Lo que le faltaba.  De algo estaba seguro, en cuanto le dieran el papel y gane dinero suficiente, se iría de ese desquiciado lugar y no lo volvería a ver en toda su vida.
Se fue a dormir a eso de las doce de la noche, aunque logró dormirse alrededor de las cuatro de la mañana. No tenía que preocuparse mucho, ese día le tocaba turno en la florería de tarde únicamente. Así que tenía más tiempo para dormir.


¡Tock, tock!

Estaba tocando la puesta, más nadie abría. Pedro se encontraba en su lecho totalmente despatarrado, pero aun no lograba despertarse.

¡TACK, TACK!

Esta vez los golpes fueron más fuertes y violentos. Haciendo que el castaño se asustara en sueño y cayera de la cama, se levantó perezosamente del suelo y sin darse cuenta de que se encontraba aun en plenos boxers abrió la puerta del departamento.
—¿Ho-la? — Saludó con los ojos achinados y con una fiaca increíble. En frente de él se encontraba una hermosa chica, de cabellos  entre castaño y rubio, no sabía si era más rubio que castaño, pero daba igual.
—Em… ¿Pedro Alfonso? — Preguntó muy apenada la chica, desviando su mirada a otro lado ya que Pedro no llevaba nada más que sus calzones.
—Eh, ah…— El aludido trató de pensar ¿Quién era ese Pedro? Después de tanto pensar, se dio cuenta de que se tratada de él mismo. — Se, soy yo. — La pobre chica no lo culpaba, eran las ocho de la mañana y el hombre estaba más que dormido y aturdido.
—Soy Paula Chaves, me mandaron a decirte que fuiste elegido para el papel de Allan Yuan, para la película ‘’Eterno Corazón’’. Como no se pudieron comunicar contigo por teléfono, pues me pidieron que vengan a decirte. — Los antes chinos de Pedro, se convirtieron en grandes platos. No podía creerlo, había sido elegido y pensar que ya creía que estaba perdido.
—Discúlpame un momento…— Dijo, caminando hacia el baño y gritando algo que Paula escuchó como ‘’ ¡Oh sí! ¡Siiiiiiii! ¡Siiiiiiiii!’’ Y seguido de eso salió más tranquilo, disimulando seriedad.
—Em... Te dejó aquí el resto del guion…— Paula dejo el sobre en el piso de la puerta, y a toda prisa salió corriendo. Pedro se acercó a la puerta y tomó el sobre, seguido de eso lo abrazó, como si de su madre se tratase, estaba más feliz que nunca.
Pero en ese momento se dio cuenta de algo muy importante, miró hacia abajo y se vio que no tenía nada puesto. Miró hacia la puerta y recordó que Paula, lo había visto ASÍ. No podía creer que alguien más que no fuera su mamá le había visto casi desnudo, no caía de la vergüenza y su idiotez, ahora se preguntaba: ¿Qué pensaría esa chica de él? Pero después de todo no importaba, lo que ahora era más importante era estudiar el guion para la próxima semana.

Por fin haría su sueño realidad.