Capítulo
1
‘’Primer
papel’’
Pedro
Alfonso era un joven adulto de veinticinco años, que lo único que quería en esa
vida era hacer sus sueños realidad. Se sentía listo para dar aquel gran paso,
pero al mismo tiempo se sentía inseguro de sí mismo, si lo lograría o no, esa
era la cuestión. Sus padres muy reticentes le habían apoyado en su sueño.
Aunque ellos hubieran preferido que se dedicara a estudiar una buena profesión,
a pesar de todos prefirieron que su hijo se dedicara a lo que más le gustaba en
esa vida.
Actuar,
no era tan fácil como muchos lo hacían ver, de hecho era más complicado. No
solo había que tener talento, también existía el carisma, la virtud, y todo
aquello que completaban a un gran actor o actriz. Pedro no sabía si tenía
carisma, o si quiera talento. Y aunque sus amigos más cercanos le habían dicho
que sí, que era muy bueno, él no podía confiar solo en las palabras de sus
seres queridos y amigos.
—Siento
que voy a vomitar…— Dijo Pedro mientras se levantaba de su cama. En esos
momentos vivía en una casa pequeña situada en el centro de Buenos Aires,
bastante cara y era una completa mierda. Tenía que lidiar con sus ruidosos
vecinos que casi toda la noche hacían fiesta y sobre todo los repentinos y
continuos cortes de luz. Pero no solo eso, su cacera era tan amargada que
cuando tenía ganas le cortaba el agua.
Se
rascó la cabeza, revolviendo aún más sus desordenados pelos castaños. Su cara
totalmente hecha un asco debido a que recién despertaba. Se levantó de un
brinco aun sintiéndose mal, gracias a su nerviosismo. Ese día tenía una audición
muy importante, no solo por ser la primera, también porque había elegido el papel
de uno de los protagonista.
—Bien
Pedro, tu puedes. — Se animó a si mismo. — Eres joven, fuerte, apuesto… — Se
alagaba a si mismo mientras se veía al espejo de cuerpo completo que tenía en
su cuarto-comedor. — Ahg… A quien engaño, estoy por los cuarenta, no tengo ni
músculos y parezco un renacuajo… — Nada parecía animarle, de hecho Pedro tenía
el autoestima tan bajo que ni siquiera se molestaba en conseguir novia si
quiera, porque creí que ninguna mujer le echaría el ojo.
Se
bañó, se vistió y después de tomar un merecido desayuno salió de su casa rumbo
al set donde debía presentarse para su audición. Se arrepintió rotundamente de
haber desayunado, en esos momentos sentía que las tostadas semi-quemadas
estaban por salir de regreso por su boca.
Al
llegar al lugar pudo ver que había una no tan larga pero lo suficientemente
extensa fila de personas esperando por presentarse, el hombre no podía creer
que desde tan temprano ya habría tanta gente. Sacó su ticket con su turno, miró
el papel y vio que le tocaba el número 01-D, tenía para rato ese día.
Pasaron
alrededor de cuatro horas cuando por fin fue su turno, casi toda la mañana
perdida. El malestar aún seguía y sobre todo su ansiedad. Ya para la tarde, no
tenía más uñas porque las había mordido todas. Entró al salón donde los directores
y la escritora de la novela que pronto serán película se encontraban sentados,
junto a una mesa y tomando nota.
—Ejem,
acérquese por favor. —Pidió uno de los directores y el acató sin chistar a la
potente voz de hombre.
—
¿Nombre, edad? — Preguntó el segundo, a Pedro le tembló un poco la boca y con
mucho nerviosismo respondió.
—Pedro
Alfonso, veinticinco años. — Y los otros tomaron nota de algo, la escritora se
le quedó viendo fijamente, con una mirada penetrante, cosa que puso más
nervioso a Pedro.
—Dime
Pedro ¿A quién vas a interpretar? — Preguntó el primer director.
—Allan
Yuan. — Los tres presentes se le quedaron viendo como si a Pedro le hubiera salido
una cabeza extra, este no entendía porque razón, tampoco le importaba mucho,
solo quería actuar de una vez.
—
¿Está usted consciente de que es uno de los protagonistas principales? —Preguntó
la escritora seriamente a lo que Pedro simplemente torció s u boca en una mueca
de ‘’sí, soy consciente de ello’’. —
Bueno, está bien, adelante.
—-¿Qué
escena actuará? — Y Pedro sonrió con una media sonrisa, con eso comenzó su
actuación.
Después
de la audición Pedro se encontraba en una plaza sentado sobre una banca y agarrándose
de los pelos, estaba cansado y sobre todo aliviado. Había terminado y los
directores anotaron su número y su dirección prometiendo que lo llamarían para la película,
la probabilidad de que lo llamaran a él, era de cincuenta en doscientos. Pero
aun así mantenía la esperanza.
Llegó
a su casa, con comida de rotisería ya que él no sabía cocinar del todo bien.
Pendió la tele y solo miró la lluvia. —Oh,
que buen programa. — Dijo en forma de sarcasmo. Su cacera le cortó el cable.
Había pasado una semana desde la audición y aun no tenía noticias, ya comenzaba
a resignarse. Se sentó en la mesa y al toque se escuchó la música de arriba a
todo volumen, sus vecinos fiesteros de nuevo comenzaron con su fiesta. Lo que
le faltaba. De algo estaba seguro, en
cuanto le dieran el papel y gane dinero suficiente, se iría de ese desquiciado
lugar y no lo volvería a ver en toda su vida.
Se
fue a dormir a eso de las doce de la noche, aunque logró dormirse alrededor de
las cuatro de la mañana. No tenía que preocuparse mucho, ese día le tocaba
turno en la florería de tarde únicamente. Así que tenía más tiempo para dormir.
¡Tock, tock!
Estaba
tocando la puesta, más nadie abría. Pedro se encontraba en su lecho totalmente
despatarrado, pero aun no lograba despertarse.
¡TACK, TACK!
Esta
vez los golpes fueron más fuertes y violentos. Haciendo que el castaño se
asustara en sueño y cayera de la cama, se levantó perezosamente del suelo y
sin darse cuenta de que se encontraba aun en plenos boxers abrió la puerta del
departamento.
—¿Ho-la?
— Saludó con los ojos achinados y con una fiaca increíble. En frente de él se
encontraba una hermosa chica, de cabellos
entre castaño y rubio, no sabía si era más rubio que castaño, pero daba
igual.
—Em…
¿Pedro Alfonso? — Preguntó muy apenada la chica, desviando su mirada a otro
lado ya que Pedro no llevaba nada más que sus calzones.
—Eh,
ah…— El aludido trató de pensar ¿Quién era ese Pedro? Después de tanto pensar,
se dio cuenta de que se tratada de él mismo. — Se, soy yo. — La pobre chica no
lo culpaba, eran las ocho de la mañana y el hombre estaba más que dormido y
aturdido.
—Soy
Paula Chaves, me mandaron a decirte que fuiste elegido para el papel de Allan
Yuan, para la película ‘’Eterno Corazón’’. Como no se pudieron comunicar
contigo por teléfono, pues me pidieron que vengan a decirte. — Los antes chinos
de Pedro, se convirtieron en grandes platos. No podía creerlo, había sido
elegido y pensar que ya creía que estaba perdido.
—Discúlpame
un momento…— Dijo, caminando hacia el baño y gritando algo que Paula escuchó
como ‘’ ¡Oh sí! ¡Siiiiiiii! ¡Siiiiiiiii!’’
Y seguido de eso salió más tranquilo, disimulando seriedad.
—Em...
Te dejó aquí el resto del guion…— Paula dejo el sobre en el piso de la puerta,
y a toda prisa salió corriendo. Pedro se acercó a la puerta y tomó el sobre,
seguido de eso lo abrazó, como si de su madre se tratase, estaba más feliz que
nunca.
Pero
en ese momento se dio cuenta de algo muy importante, miró hacia abajo y se vio
que no tenía nada puesto. Miró hacia la puerta y recordó que Paula, lo había
visto ASÍ. No podía creer que alguien más que no fuera su mamá le había visto
casi desnudo, no caía de la vergüenza y su idiotez, ahora se preguntaba: ¿Qué
pensaría esa chica de él? Pero después de todo no importaba, lo que ahora era
más importante era estudiar el guion para la próxima semana.
Por
fin haría su sueño realidad.